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Su susurro.

"Vivir la vida, eso no tiene precio. Quien no haya pasado nunca frío no apreciará el valor de una hoguera. Quien nunca haya llorado no disfrutará de los momentos de risas. Quien no haya pasado hambre no valorará un plato de estofado caliente. Quien no conozca la muerte no sentirá amor por la vida.” – Laura Gallego.

“Tal vez estamos en este mundo para buscar el amor, encontrarlo y perderlo, una y otra vez. Con cada amor, nacemos de nuevo, y con cada amor que termina recogemos una herida nueva. Estoy cubierta de orgullosas cicatrices.” –Isabel Allende.



domingo, 5 de enero de 2014

La entrada del invierno.



Agachó la cabeza para que nadie viera sus lágrimas derramarse. Ella siempre agachaba su cabeza. Le dolía el corazón y no quería que nadie se preocupara, pues cuánto dolor se estaba produciendo dentro de ella. No se podía explicar con palabras, pero sentía su corazón romperse en cientos de pedazos. Él ya no era quien solía ser. Ya no era el chico del que estaba enamorada, ahora no quería salir con ella a ningún sitio, sólo quería ir al tema y después irse, soltaba su mano en cuanto se encontraban a alguien conocido, la rechazaba, la despreciaba. Pero ella ciega de amor, no se dio cuenta hasta que la verdad le golpeó como el más fuerte martillo.

Salía de casa como cualquier día, pero había algo diferente. Notaba pequeñas punzadas de inquietud. Dicen que las mujeres somos las de la intuición, pues bien, ella ya se olía que algo malo iba a suceder. Siguió el recorrido habitual para llegar a la universidad. Era un día frío y gris, de esos en los que parece que todo el mundo está triste. Cuando ella se encontró frente a la universidad sus ojos vieron algo que no desearían ver. Él estaba besando a otra chica, y vio como ella, nuestra protagonista de corazón roto, lo observaba y a pesar de eso no paró.

Ella, se dio la vuelta, y agachó la cabeza, al igual que al principio de este relato. No quería que viera que le importaba. Sus labios temblaban, y no de frío. Las lágrimas comenzaron a derramarse al mismo tiempo en que la nieve caía con fuerza, inundando el alma de esa pobre chica, de frío y tristeza.

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